martes, 13 de marzo de 2007

Historias de Sexto Grado: Gran Final!!!!!!


Foto 1: (primavera 1992) Foto grupal de 6 to "A". De su izquierda a su derecha y de arriba hacia abajo:
Los que están parados: la señorita Norma, Mariana, Leo, Wanda, Valeria, Flopi, Johnatan y el profe Willy (¿¿¿podés creer Marcelo, que Willy nos hacía dictados con las Crónicas del Angel Gris de Dolina???)
Los del medio: Fer, yo, Alexis, Ana, Alejandro y Claudia
los de abajo: Basu, Tato, (siiiii, justo adelante mío) Soledad, Fabián y Juan Manuel (faltaron Víctor y María Celeste el día de la foto.
Foto 2: mi cumple (mayo 1992) : yo soy la del enterito azul...Tato es el único de los varones que está parado, con una camisa a rayas roja y blanca.


Hacia fines de 1999 y principios de 2000, comencé a encontrarme por la calle con varios de mis ex compañeros del primario. Todos me decían lo mismo, vale decir: “¡¡estás igual!!” y “che, estaría bueno que nos juntáramos.” Ya habían transcurrido unos seis años de nuestro egreso del primario. Recuerdo que Valeria había comenzado a trabajar en un local cercano a casa, razón por la cual volví a frecuentarla. También fue curiosa la forma en que me encontré a Javier, el “académico”. Salía de casa para el gimnasio y un muchacho de pelo largo y camiseta de Racing Club de Avellaneda me dice… “Luli!!!!!!¿¿¿Te acordás de mí???”. Charlando con Javier, me enteré de que el paraba en el kiosco de al lado de casa porque era amigo de Cristian, el chico que atendía a la noche. De esa forma y luego de varias charlas, Javier y yo nos organizamos, junto con Valeria, para rastrear a los compañeros que fuera posible y fijar una fecha de reunión. Yo debía dar un final (GrammarII) el 19 de marzo, por lo cual dejamos el encuentro para unos días después.

Fuimos muchos los que nos vimos ese día. Vinieron casi todos. Unos días antes, llamé a Santiago para comentarle que Adriana, una ex compañera de la secundaria a la que todavía veía, se había mudado…EXACTAMENTE A LA CASA EN DONDE EL HABÍA VIVIDO DURANTE LA PRIMARIA, esa casa…la de los bailecitos y cumpleaños, la de Villa Devoto. Santiago me decía que siempre había tenido muchas ganas de volver a visitar esa casa, que hasta incluso se había acercado hasta allí, sin animarse a pedir de pasar… Muy hábilmente (jaja…¿vieron? Tan tonta no era…) me ofrecí a acompañarlo, lo cual aceptó en seguida.

Volvamos al día del encuentro de los egresados 93…Asistieron Mariana, Flopi, Débora, Wanda, Valeria y yo. De los chicos: Juan Manuel, Fer, Basu, Victor, Leo, Alejandro, Fabián y Tato.

Recuerdo ese encuentro como uno de los momentos más felices y alegres de mi vida. Fue una alegría inexplicable volver a ver a los amigos de la infancia y ver que todos se encontraban bien. La pasamos todos genuinamente bien. Podía sentirse eso en el aire.Era como si hubieramos terminado la escuela el día anterior por la forma en que charlábamos todos, tan espontánea y alegremente.

“Boluda, te teñiste!!!!!!” jajaja…Eso fue lo primero que me dijo Tato al notar mi “morochez extrema artificial” de ese momento (sí, jeje en esa época me teñía el pelo de negro). Disculpen si les arruino el romanticismo jajaja, pero…las cosas como son…o como fueron en este caso…

Primero fuimos a una pizzería y me tocó sentarme entre Débora y Víctor, que me hacía morir de risa…Frente a mí, Fabi y Ale y en diagonal…un Tato que me miraba fijo con esos ojitos preciosos cuya magia los años no habían alterado en lo más mínimo. Se esforzaba por escuchar lo que hablábamos nosotros cuatro y nos decía: “Che, cuenten ¿de qué se ríen ustedes?” Cada tanto lo sorprendía mirándome, entonces yo le sonreía y le decía “¿cómo estás, todo bien?”

A las dos de la mañana, cuando cerró la pizzería, fuimos a otro lado en donde había mesitas de a cuatro y quedé sentada junto a Mariana, Fabi, y Tato. El había roto con su novia y me lo contó. Hablamos de muchas cosas los cuatro, luego se sumó Victor. Algunas horas más tarde decidí despedirme de mis amigos. Ya era hora de volver a casa, no sin antes intercambiar teléfonos y prometer, como siempre sucede, futuros encuentros, de esos que nunca se dan…

Tato:“Te llamo.”
Luli:“Dale, así arreglamos cuándo vamos a lo de Adri a ver tu “ex” casa”
Tato:“No, pero yo no te digo por eso.” Aparte…así no vemos… (lluvia de chanes!!!)
Luli:“Ah bueno dale”

Me gustaría contarles que esto fue el principio de algo, pero les estaría mientiendo. El que me llamó no fue Tato sino Fabi, para invitarme al cine. Y Fabi siguió llamándome y seguimos en contacto hasta que me puse de novia, ahí se lo tragó la tierra.
Creo que lo mismo sucede con algunas líneas de colectivo. Aquí mismo en la Avenida Beiró, basta que uno esté esperando el 85 para que pasen el 146 y el 80, pero del 85…ni noticias…

No supe nada más de la vida de Tato y tal vez no importa. Porque creo que nada podría haber sido más perfecto que ese amor de chicos, tan hermoso como puro e inocente, que nos regalamos en la primaria. Nada podría haber superado esa mirada maravillosa y esa sonrisa que internamente yo sabía eran para mí.

Y así cierro esta historia, que no es una historia triste. Fue demasiado perfecta. Tal vez por eso, nunca fue posible.
¡¡¡¡¡Gracias Tato, por ser mi primer GRAN GRAN amor!!!!!





8 comentarios:

M dijo...

Muy bueno!!! Me encantó el cierre...Los amores platónicos parecen ser perfectos. Volvemos a eso de que el amor perfecto, es ese que no se da...Será acaso porque no hay desilusión???

Qué macanudo el profe ese eh...dictados del "Ángel Gris", jejeje...ojalá alguna de mis maestras hubiera utilizado a Dolina como herramienta. Me encantaría que en algún momento se diera. Quién te dice, uno de estos días lo termino usando yo en clase, jeje...Y dentro de 4 años, si todo sale bien, utilizándolo como herramienta para educar!

Muy cierto lo que apuntaste sobre los ómnibus. Pasan todos, menos el que vos esperás. Es tal cual. Ayer fuimos a Punta del Este con Daniel, ese amigo del que te hablé,oh casualidad, desde la primaria, y que luego de algunos desencuentros, aquí estamos desde hace 4 años otra vez en el mismo camino. LLegué a la parada 21:04, 4 minutos tarde, y él ya estaba allí. Al poco rato me dice: "llegaste vos, y dejaron de pasar ómnibus!" Y era tal cuál, porque incluso en el momento que yo llegaba habían 2 parados. A la vuelta volvimos a pata como cada vez que vamos a Punta, jajajaja! Compramos golosinas y volvemos comiendo.

Me encantó. Además, tuve el privilegio de tener ese adelanto exclusivo que me hiciste llegar, y que te agradezco mucho :)

Te mando un beso enorme!!!
Cuál será tu próxima aventura???

Anónimo dijo...

Luli, esa foto mia con ese loo del pelo cortito..jajaja, que jovenes eramos en ese entonces...
Es cierto no pasa ningún bondi que esperas.
Y la Historia... muy linda... con ese final tan inesperado... pero en realidad tan lleno de amor.. aunque quizás, uno nunca sabe, y te lo volves a encontrar.. jeajaaj
besos

Alfredo dijo...

Que ternura esas fotos!! No te parece hasta mentira verte así???

Luz dijo...

jajaja, Claro Alfred!!! Es increíble pensar que una vez fui tan chiquitita y que todo eso ya quedó tan pero tan lejos...

Aclaro como nota al pie, que la rubia de pelo corto de la izquierda...(foto cumpleaños) es mi amiga la bibliotecaria sensual!!!

Anónimo dijo...

Mmmmm, bueno al menos no tiene el final que yo me imaginaba...un Love Story moderno (uff ¿romántica yo?).
Luz, me gustó mucho compartir esta parte de tu vida tan linda y tan llena de emociones propias de esa edad.
Pero lo que más me gusta es que, quien te dice... en algún momento, en algún lugar, se pueden volver a reencontrar...¿porque no?
¿Es eso lo que le dá ese sabor agridulce a este relato?
No pierdo la esperanza.
Un besote grande...
Ale

Luz dijo...

MI queridísima tía del corazón Alejandra:
Hay cosas en la vida que nunca pasan...y menos a alguien como yo...jajaja
Es así lamentablemente. Yo huebiera querido otro final, pero no pudo ser. Lo importante es atesorar los buenos recuerdos y nunca dejar de soñar...aunque los sueños sean imposibles.

M dijo...

Quizás ese fue un sueño realizado. Depende de donde se lo mire. En aquel momento distó de serlo, pero hoy, desde la madurez (qué cosa es esa???), ya con otra mentalidad, tal vez haya sido un sueño perfecto...Entre locos nos entendemos :P (No lo digo por Luli, sino por mi otro yo y quien firma)

Anónimo dijo...

En un ratito que estuve al pedo en el laburo, volví a tu blog y navegando me topé con esta historia. Y ese ratito se transformó en un ratote largo que me re enganché con ella. =P

Viste cuando te comés un capítulo atrás de otro porque la historia te re atrapó? Bueno, así.

Muy linda anécdota Lu, lástima que no ocurrió nada con ese chico. Pero lo que importa es que esas épocas te traigan una sonrisa, la infancia debe ser eso, un recuerdo lindo.

Besotes
George