viernes, 30 de marzo de 2007

Historias...

Historias, historias...¿alguien quiere oir una buena historia?

Para quienes gusten de las buenas historias, en gesto solidario con el bolg amigo Lo que el viento se olvidó...
Ojalá que la historia sea de su agrado amigo/a lector/a, de lo contrario, pase al siguiente blog, que nadie se ofende por aquí. No hay tiempo para enojos cuando se tienen para contar historias tan bellas.

Respuesta.
El conde Soderini, en las puertas de la vejez, mantenía un aspecto lozano y digno. Había sido un guerrero temible, un jugador valiente y un viajero aplicado.
En la China, le habían enseñado unas destrezas eróticas que-según se dice- le permitían honrar a docenas de damas sin perder la disposición viril.
Los sacerdotes de Heliópolis lo habían adiestrado en la preparación de elixires y en el manejo de la cítara.
Los años no habían aplacado los fuegos de su alma. Sin embargo, en la tarde de la vida, había ido reemplazando los duelos por la docencia. Algunas veces acudían a él jóvenes estudiantes o aventureros bisoños a pedirle alguna clase de consejo. El conde acostumbraba a recibirlos en la intimidad de su estudio. Allí tenía un espejo azul, en cuya luna podía ver el pasado y el porvenir.
Una noche, el príncipe Giuliano de Médicis le dijo con amargura:
-Los hombres más sabios que conozco describen el mundo como si no tuviera sentido. Ninguna conducta parece suficientemente ventajosa, todo es pasajero y banal. Lo que más nos entusiasma es prolegómeno de la desilusión. Se me ha enseñado que los reyes caen, que la ciencia nunca contesta la última pregunta y que las riquezas oprimen a quienes las poseen. ¿Por qué la inteligencia nos aleja de la esperanza?¿Es que no hay en la vida algo que valga la pena? ¿Es que no hay gloria cuyo precio no parezca finalmente abusivo? Quiero apostar, conde Soderini. Tengo dinero, poder, fuerza y juventud. Dígame por favor en qué debo gastar esta fortuna. Dígame cuál entre las cosas de este mundo es la más valiosa.
-El amor-dijo el conde. Sólo existe el amor. Las otras cosas nobles apenas sirven para dignificarlo. El amor es el que impulsa al artista a buscar los lenguajes que expresan la belleza. El amor impulsa al héroe a retemplarse en el riesgo. Y el amor es la respuesta al indagador de secretos, porque es la explicación de todos los misterios. Es allí, Giuliano, donde debemos gastar nuestros escudos y nuestros años. Algunos hombres jamás lo encuentran. Para otros es apenas una estrella fugaz que ilumina un año, un mes, una semana, o un día de sus vidas. Pero ese destello efímero da significado a la existencia toda. Bienaventurado el que puede sentir en su carne y en su espíritu el fuego de esa chispa.
-¿Usted lo ha sentido?-preguntó Giuliano.
El conde miró el fondo del espejo y vio los ojos de Lucía, la inconstante Lucía. Vio también su abandono una tarde de primavera, a orillas del Arno. Después, entre reflejos azules, se dibujó la indiferencia de la hermosa ante las magias, los poemas y la música. Finalmente, Soderini alcanzó a percibir, perturbado por el prisma de sus lágrimas, el desprecio irremediable, la humillación, el insulto y los pasos de ella, acompañando a su marido, un mercader de Volterra. Entonces, con voz firme contestó:
-Sí, lo he sentido. Por fortuna.

Alejandro Dolina. El Bar del Infierno

5 comentarios:

Alfredo dijo...

Eso de enojo lo decis por Marcelo, que entra como un caballo cuando alguien le hace una pregunta sobre Dolina? Mmmm, da para pensar...
Iba a poner una cosita mas pero el uruguasho ese se me va a recalentar y despues me cuesta pila hacerlo entender...
(callate Alfredo que con eso basta para hacerlo entrar-de nuevo-)

Luz dijo...

¿Leiste la historia o no?
Ay Alfred, eres un niño!!!! Pero eso te hace entretenido jajaja
¿No querés venir a fourth form conmigo? jajaja.
Aunque no entiendas a Dolina, igual te queremos. ¿Me dejás ser tu abuelita?
Besos, uruguashshshshsooo!!!

Anónimo dijo...

Luli, muy linda la historia, es cierto que hay muchas personas piensan que todo es dinero..., yo aprendi que a una persona no la tenes que querer por lo que tiene sino por lo que es, y eso a veces hace mas especial a una persona. (si es ese el sentido de la historia)
Realmente es para reflexionar..

Alfredo dijo...

Lucesita: Vos sabes lo travieso que puede ser este hombre grande, el duende no descansa y el día que lo haga será el día que me vaya a jugar al exterior....
Leete mi blog que es la segunda parte o tercera de esta trilogia que tenemos con Marcelo y vos.

M dijo...

Gracias Luz...