jueves, 22 de febrero de 2007

Historia de Sexto Grado: Cuarta Parte. Aprendiendo a ser yo misma.


ACERCANDONOS AL FINAL...

No crean que no lo pensé. No crean que no hubiera querido escribir “Yo también”. Pero mi amiga Flopi nos hubiera descubierto y tanto Santiago como yo eramos muy tímidos. Probablemente nos hubieran delatado. Y de allí vendrían las cargadas y la envidia y el odio hacia mí por parte de todas las admiradoras de mi Tati que eran muchísimas, jejeje…No quería que nada de todo eso nos perjudicara.

Escribí GRACIAS!!! Porque mi corazón no era otra cosa que gratitud. Nada podía ser más perfecto que ese momento. Me sentí completa, me sentí realmente bien. Creo que fue uno de los instantes más felices de mi vida. Amar y saberse amado…Guardé esos instantes para siempre en mi corazón y han pasado muchos años y demasiadas cosas desde esa primera declaración de amor. Pero nadie puede robarme el recuerdo de ese momento.

Algunos meses después mi amiga Celeste había escuchado una conversación durante un recreo entre Santiago y Juan Manuel. Santiago le había dicho a Juan que gustaba de mí.

Muchas cosas pasaron en sexto, muchas alegrías, muchos trabajos en grupo, muchos bailes y cumpleaños. Siempre odié bailar lentos, salvo con mi muchacho, por supuesto. Pero para bailar con el, debía bailar con el resto, de lo contrario me pondría en evidencia. Santiago y yo nos encontrábamos en miradas que nos regalábamos, en sonrisas que se conformaban con corresponderse y encontrarse. Creo que todo estaba dicho entre nosotros. Nada pudo ser más perfecto que eso. Nada.

Todo un orador don Santi, jeje. Cuando había alguna pelea en el grado, el no dudaba en tomar la palabra y apelar a la unión grupal…Nos decía a todos que nos quedaba poco tiempo juntos, no más de dos años, y que por eso debíamos ser unidos y resolver nuestras diferencias. Qué sabio era mi muchachito.

Santiago cumplía años (bueno cumple, jeje) el 5 de octubre.¿Vieron cómo me acuerdo? Imposible olvidarse de ciertas cosas.
Recuerdo que en sexto el festejó su cumple un viernes. Lo recuerdo porque fue el viernes anterior al fin de semana largo del 12 de octubre. Con mi familia partiríamos al extranjero al día siguiente. Y para una chica enamorada de 11 años, Colonia queda muy, muy lejos, aún cuando la ausencia de conflicos, piqueteros y asambleístas no complicaban el itinerario como sucede hoy. Qué nostalgia sentía yo, de dejar a mi país y a mi amado para partir con mi familia a tierras desconocidas. Tres días son mucho para un corazón enamorado.

Recuerdo que durante ese cumpleaños Santiago me buscaba todo el tiempo, sólo para saber dónde estaba su chica. Yo charlaba con algunos de los chicos. Hablábamos de música con Fer y con Juan y Tati andaba de un lado para otro haciendo las veces de DJ y controlando que todo esté en orden.

El lujo es vulgaridad…dijo y me conquistó. De esa miel no comen las hormigas…quieres y quieren más…ya no la engatuzás…es una copa de lo mejor…cuando se ríe...

A Tato le gustaban mucho los Redondos. Sonaba ese tema en otro momento que nunca me olvido. Santiago se asomó desde la sala hacia el pasillo, en donde yo me encontraba y les preguntó a los chicos que charlaban conmigo: ¿Y Luli?. Acá, contestaron todos señalándome. Nos miramos, nos sonreímos y Tati volvió a encargarse de su tarea de DJ de la fiesta, ya tranquilo de haberme encontrado.

Hay momentos en la vida en el que las cosas que hacemos nos definen como personas. Esa tarde yo aprendí que podía ser muy valiente si tan solo me lo proponía. Solo era cuestión de saber encontrar el momento y el lugar para serlo. Bastaba con querer ser auténtica y dejar los miedos a un lado. Aunque me sentía correspondida, por primera vez se me hizo que dar era más importante que recibir, que las sensaciones que me regalaban mis nuevos sentimientos eran lo suficientemente hermosas como para estar agradecida de la vida, a Dios. Debía buscar la forma de hacerle llegar mis sentimientos a Santiago sin importar cuál pudiera ser su reacción, qué pudieran decir los demás o qué pudiera suceder en adelante.

Me habían venido a buscar. Mi papá estaba en la puerta esperándome. Santiago me acompañó hasta el pasillo. Antes de salir, me llené de coraje como pocas veces. Y fue así como gambeteando miles de miedos y una montaña de timidez, me acerqué a mi amigo y estampé en su mejilla el beso más ruidoso que había dado hasta ese momento. No fue de esos besos en el aire que uno se da con la gente porque sí, para saludarse por cortesía. Y me sentí orgullosa de mí misma. Fue una de las pocas veces. Nada me importó más que cargar ese beso de todo mi amor y mi agradecimiento. No había podído escibirlo en la cartuchera, pero lo estampé en su cachete hermosamente rosado y ruborizado luego del beso…jeje. A buen entendedor, pocas palabras. Y Santiago lo comprendió. Tengo la certeza de que en ese preciso instante supo que yo lo quería porque me miró por debajo del flequillo y me dijo…Gracias!!…me estaba agradeciendo el beso. No hacía falta que dijera más…De nada, respondí. Y me fui de la fiesta.

Continuará…

6 comentarios:

Alfredo dijo...

El cachete? lips, lips! la gente quiere lips!!
Y después desgraciada, me decís que yo no demuestro!!
Ché y que lejos me sonó Colonia cuando la pintas de extranjero...

Andrés dijo...

Me gusta, me gusta..

suena a historia épica pero es de lo más cotidiana....

Salud!

Luz dijo...

Eh, bo, Alfredo, jejeje...
Mirá si va a haber lips en esta historia, jejeje...Tenía once años, hombre!!!
Y sí, Colonia queda lejos cuando tenés esa edad.
Besos! (para que veas que soy demostrativa, jeje)
Luz

Andy: Welcome!!! Y gracias por leer y comentar.
Besos!
Luz

M dijo...

De seguro ese muchacho no se ha vuelto a lavar la cara hasta el día de hoy :) Jajajaja!

No te parece que en ese momento en que decidió buscarte en la fiesta, cuando sonaba ese temazo, estaba buscando expresar mediante la letra de la canción, lo que él llevaba dentro???
A mí me parece que quería saber si estabas escuchando :)

Muchas veces uno se ve reflejado en las letras de las canciones, y a veces, muy reflejado. Tanto que asusta. Cuando estamos mal del corazón, nos reflejamos en casi todas, y nos buscamos en todas las canciones, pero vos me entendés...

Un beso, y quiero más! No "lips", no hacen falta, el amor platónico es el más lindo para leer y escribir. Eso es cautivante...como las historias de "Los amores secretos" (Crónicas del Ángel Gris), donde los amantes secretos no debían conocerse jamás. Si lo hacían, la historia perdía la magia. Lo mismo pasa en tu historia. Aunque nos gustaría que terminara bien...sabemos que algo pasó y quedó trunca. Resta saber qué fue...

Luz dijo...

Coincido con vos, Marce, en cuanto a que el amor platónico tiene otro gustito que el que nunca lo vivió nunca va a saberlo. A veces duele mucho, se sufre como la re madre, jeje, pero a la vez se experimentan cosas que con un amor "posible y razonable" no se experimentan ni a palos. No hay ni punto de comparación ¿Será una cuestión de barrio? jejeje
Sabés que me encantan las Crónicas del Angel Gris, jeje.
Besos Marce!!Y gracias por pasar siempre por mi humilde morada cibernética.

M dijo...

Tu "humilde morada cibernética" es la morada de tantas almas solitarias que habemos en el mundo navegando a la deriva.

Besos!!!