sábado, 9 de diciembre de 2006

Milonga que hizo tu ausencia


No quería dejar de hablar de tango, sin al menos referirme a la pesimista filosofía intrínseca del mismo tan impregnada en su música y letra...pero qué difícil elegir entre tantos temas...Voy a elegir tres para compartir; uno que refleja la visión que tiene el tango del mundo, otra acerca de Bueno Aires y por último, sobre la mujer y el amor en general.
Curiosamente, Milonga Sentimental me recuerda a la persona que rompió mi corazón allá lejos y hace tiempo...No, no lo voy a nombrar, mitad porque soy reservada y mitad porque él no lo merece, porque soy un poco orgullosa...je...también me recuerda a ese otro, que vino después para pisotearme el cuore...digo que lo pisoteó porque no se puede romper lo que ya se ha destruído.
Y bueh, que le quede bien claro a los tangueros machistas, que los hombres también juegan con el corazón de las mujeres, que no sólo nosotras podemos ser "risueñas", "coquetas" y todo eso que ellos dicen ¿O me equivoco? Eso sí...no se preocupen muchachas, que la vida , por suerte, siempre da revancha...


Cambalache
Música: Enrique Santos Discépolo Letra: Enrique Santos Discépolo

Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé...
(¡En el quinientos seis y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos, valores y dublé...
Pero que el siglo veinte es un despliegue d
e maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches
se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril!...
El que no llora no mama y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás! ¡Dale que va! ¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey,
que el que vive de los otros, que el que mata,
que el que cura o está fuera de la ley...


Milonga sentimental
Música: Sebastián Piana Letra: Homero Manzi (milonga)

Milonga pa' recordarte,
milonga sentimental.
Otros se quejan llorando,
yo canto por no llorar.
Tu amor se secó de golpe,
nunca dijiste por qué.
Yo me consuelo pensando
que son cosas del querer.

Varón, pa' quererte mucho,
varón, pa' desearte el bien,
varón, pa' olvidar agravios
porque ya te perdoné.
Tal vez no lo sepas nunca,
tal vez no lo puedas creer,
¡tal vez te provoque risa
verme tirao a tus pies!
Es fácil pegar un tajo
pa' cobrar una traición,
o jugar en una daga
la suerte de una pasión.
Pero no es fácil cortarse
los tientos de un metejón,
cuando están bien amarrados
al palo del corazón.
Milonga que hizo tu ausencia.
Milonga de evocación.
Milonga para que nunca
la canten en tu balcón.
Pa' que vuelvas con la noche
y te vayas con el sol.
Pa' decirte que sí a veces
o pa' gritarte que no.

Balada para mi muerte
Música: Astor Piazzolla Letra: Horacio Ferrer (canción)

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.
Me pondré por los hombros, de abrigo,
toda el alba, mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.
Hoy que Dios me deja de soñar, a mi olvido iré por Santa Fe,
sé que en nuestra esquina vos ya estás toda de tristeza, hasta los pies.
Abrazame fuerte que por dentro me oigo muertes,
viejas muertes, agrediendo lo que amé.
Alma mía, vamos yendo, llega el día, no llorés.
Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
que es la hora en que mueren los que saben morir.
Flotará en mi silencio la mufa perfumada de aquel verso
que nunca yo te supe decir.
Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,
como sombras fugadas de un cansado ballet,
repitiendo tu nombre por una calle blanca,
se me irán los recuerdos en puntitas de pie.
Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.
Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis,
cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!

2 comentarios:

M dijo...

Así que a vos también te tocó sufrir...vaya que somos unos cuántos!
Eso que dijiste de que te "pisoteó" el corazón, porque no se puede romper lo que ya está destruído, es cierto, pero en mi caso, mas de una vez me lo armaron para volvérmelo a romper...
Termino siempre juntando los pedacitos, para dárselos a la próxima persona que confunda con "la" persona, y me lo arme...
En estos momentos, estoy terminando de juntar los últimos trocitos...bastante rapido lo recogí esta vez...veremos cuánto tardo en encontrar alguien que me lo arme.

Besos!!! Que pases bien tanguera!!!

Anónimo dijo...

Es cierto la vida da revanchas, y de las buenas...te lo dice alguien que siempre se ilusioná cada vez que esa persona me vuelve a llamar o quiere mi atrención...es duro que siempre hay alguien que te lastima con amor...
Pero no importa, siempre tengo la esperanza que voy a encontrar a alguien que no haga más eso